Como viene siendo tradicional, cercano el Miércoles de Ceniza, se procede a vestir a nuestra Patrona con un atuendo más propio del tiempo litúrgico que comienza. Para esta cuaresma de 2014 los responsables de esta tarea se han decidido por el manto de damasco morado, una saya blanca bordada en oro y la toca de la paloma. El Niño Jesús luce también el trajecito del mismo color. En la imagen la Virgen descansa sobre una peana y no sobre la tradicional nube, que está siendo sometida a labores de dorado y consolidación.