Cuentan los mayores que hace ya muchas décadas el día de la Candelaria se celebraba de forma muy singular. La Fiesta de la Purificación de la Virgen y Presentación de Jesús en el Templo comenzaba con la tradicional Procesión de las Candelas, en la que se llevaba en andas a la Virgen del Carmen, y tenía la singularidad que se colocaban dos palomas amarradas para recordar el pasaje evangélico: en el rito de presentación de los niños ofrendaban al templo dos tórtolas o dos pichones.
El domingo pasado, durante la celebración de la misa de Candelaria en el Santuario, se presentaron una par de palomas y una vela encendida, lo que provocó la extrañeza de los más jóvenes y el recuerdo de las celebraciones de antaño a los más mayores.