La Virgen lucía sus mejores galas entronizada en el baldaquino del altar mayor, adornado con centenares de varas de nardos y los estandartes corporativos de las hermandades que figuraron ayer en el cortejo procesional. A ambos lados del altar los símbolos más importantes de la corporación, el estandarte corporativo y el nuevo simpecado. Delante del altar figuraba la mesa de la Junta con las varas de presidencia y el libro de reglas, pues es preciso recordar que esta celebración es el colofón de la novena celebrada hasta la tarde de ayer en el santuario.
El coro parroquial amenizó magistralmente la celebración. Tras la homilia se leyó la protestación de fe y los hermanos se acercaron hasta las gradas del presbiterio para renovar el juramento, poniendo la mano sobre el Evangelio y besando el libro de reglas. Acto seguido se presentaron las ofrendas con el tradicional racimo de uvas cultivado por el capataz.
El canto del himno y los tradicionales vítores a la Patrona pusieron fin a los cultos de Agosto de 2014.