Ayer por la mañana todo aquel que pasó por delante del Santuario se encontró un nuevo elemento en el entorno: las banderas ondeando en sus mástiles anunciaban que la novena, y en definitiva, las Fiestas de la Virgen, daban comienzo un año más. Nueve días de preparación para el día grande, ese 15 de Agosto, que hace ya 259 quedó rubricado como la jornada más grande que debiera celebrarse en el calendario festivo local.
A media tarde las campanas y los cohetes nos llamarán al segundo día de la Novena, dedicado a los
matrimonios que cumplen sus Bodas de Oro y que contarán con la presencia de aquel presbítero que los casó en aquel lejano 1965, D. Antonio Mesa Jarén.