La jornada del pasado 31 de Octubre de 2013 va a ser recordada por la brillante procesión de la Virgen de Palomares de regreso a su Santuario.
Aunque los miembros de la Junta de Gobierno estuvieron hasta entrada la madrugada del 31 preparando principalmente el exorno floral (en esta ocasión realizado magistralmente por el miembro del grupo joven Juan Cabral), la jornada comenzó bien temprano. Pasadas las diez de la mañana se abrían las puertas de la Parroquia para que los trebujeneros pudieran contemplar el paso de la Patrona y adquirir las velas de promesa para la procesión. A las doce estallaban los primeros cohetes y comenzaban a repicar todas las campanas de la localidad anunciando la Solemnidad de Todos los Santos. La Parroquia estuvo abierta hasta las dos de la tarde. A las siete y media comenzó la misa preparatoria que concluyó cerca de las ocho y media. Durante la siguiente media hora se procedió a organizar el cortejo y acercar el paso a la puerta, para que a las nueve en punto sonara la marcha real, señalando que la Virgen estaba de nuevo en la calle. En la plaza se congregaba bastante público, algo que no suele ser habitual en la jornada laborable del 31 de Octubre. Tras la revirá sono la marcha "Ntra. Sra. de Palomares Coronada", seguida de un escogido repertorio compuesto por marchas procesionales clásicas como "Macarena" de Cebrián, "Calvario", "Sevilla Cofradiera", "Triunfal",... interpretadas magistralmente por la Asociación Filarmónica Ntra. Sra. de Palomares, que fueron acompañadas por un delicado andar costalero.
Cerca de las once de la noche, fría noche por cierto, el paso se plantaba en la puerta mientras la banda tocaba el "Himno de la Virgen de Palomares" cantado por numerosas personas tanto en el exterior como en el interior del santuario. Tras dos horas de procesión, muy larga por cierto, el paso subía la rampa que salvaba los escalones del presbiterio alto mientras se entonaba de nuevo su himno. La Virgen presidía de nuevo su santuario tras los dos meses y medio preceptivos de estancia en el templo parroquial.
Cerca de las once de la noche, fría noche por cierto, el paso se plantaba en la puerta mientras la banda tocaba el "Himno de la Virgen de Palomares" cantado por numerosas personas tanto en el exterior como en el interior del santuario. Tras dos horas de procesión, muy larga por cierto, el paso subía la rampa que salvaba los escalones del presbiterio alto mientras se entonaba de nuevo su himno. La Virgen presidía de nuevo su santuario tras los dos meses y medio preceptivos de estancia en el templo parroquial.
