Un año más al llegar estas fechas la Juventud Palomarista se pone manos a la obra con los adornos para las calles del recorrido procesional. De nuevo comienza a verse ajetreo en las habitaciones aledañas al Santuario y a vislumbrarse por las ventanas un cielo de flores blancas y celestes, señal inequívoca de que poco a poco va llegando el mes de Agosto.