De apoteósica podríamos tachar la salida de la Virgen de este 14 de Agosto. El gentío presente en todo momento, las novedades respecto a otros años, el acompañamiento del Obispo, la repercusión en los medios digitales avalan dicha afirmación. Pasadas las nueve de la noche terminaba la solemne Misa Estacional presidida por el Obispo diocesano y se comenzaba a organizar el cortejo. Una vez retirado el altar y colocadas las rampas que permiten que el paso salve los escalones del presbiterio, D. José Mazuelos acompañó a los costaleros en el rezo de la Salve y dio la primera levantá, mientras se ponía en marcha el cortejo. Este iba encabezado por el Simpecado de la Virgen ,seguido por la Reina de las Fiestas y su corte de honor, las banderas de la Asociación de Hijas de María y de la Borriquita, y las representaciones de las hermandades de penitencia formadas por el estandarte y cuatro varas. A continuación las varas de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Palomares, con su estandarte corporativo y las autoridades civiles. Tras el cuerpo de acólitos y delante del paso se colocó el prelado de la diócesis D. José Mazuelos, acompañado del párroco y rector del Santuario, D. Ignacio Gallardo. El cortejo avanzaba mientras en la calle sonaba la marcha "Virgen del Rosario" interpretada por la Asociación Filarmónica Banda de Música "Ntra. Sra. de Palomares". A las 21:23 se plantaba el paso en la calle entre los acordes de la Marcha Real, los aplausos y vítores de los asistentes. A continuación estallaban las ya tradicionales tracas, mientras docenas de cohetes anunciaban a los trebujeneros que se encontraban en cualquier rincón del pueblo que la Virgen estaba en la calle. Tras la levantá del paso se inició la lenta y elegante bajada de la cuesta del Santuario a los sones del Himno de la Virgen de Palomares. Entre las novedades sobresalía el plateado de la nube sobre la que se asienta la imagen, que a su vez se colocaba sobre la antigua peana del paso, suprimida durante décadas, dándole a la Virgen mayor altura y vistosidad dentro del templete. Los otros estrenos fueron la restauración del juego de varas de presidencia y una nueva manguilla para la cruz parroquial.
Antes de proseguir, la cantante local Lola Vega cantó a la Virgen la "Salve Campesina" acompañada por un piano. Las marchas "Esperanza Macarena" y "Esperanza de la Yedra" fueron las siguientes incluidas en el repertorio, recordando los actos a celebrar en estas dos cofradías penitenciales andaluzas: el Año Jubilar Macareno y la inminente Coronación Canónica de la Yedra. El paso por la calle Palomares, engalanadas por los jóvenes de la hermandad fue espectacular. Los sones de "mi Amargura", el cante por sevillanas de una devota y una abundante "petalá" preparaba el ambiente para el momento más novedoso del recorrido; el paso bajo el arco de flores de papel realizado por los mismos jóvenes de la hermandad. La expectación que suscitó el paso bajo el arco no se esperaba, hasta el Obispo esperó a ver el momento antes de emprender su regreso a Jerez. La entrada en el Paseo, también adornado, permitió ver el amplio acompañamiento que marchaba tras el paso, oculto tras la angostura de la calle Palomares. En la Plaza de España, justo donde estuvo trece años antes el altar de la Coronación comenzaba a sonar la marcha "Ntra. Sra. de Palomares Coronada" . Pasadas las once de la noche la Virgen se acercaba a la Parroquia, donde la esperaba el ya clásico Grupo Esencia que le cantó las sevillanas que le ha dedicado este año. Momentos después el paso entraba en el templo, seguido como siempre por una multitud que quiso acompañar a la Virgen hasta el interior el mismo.