El cambio de fecha de la novena ha propiciado que los devotos de la Virgen podamos saborear las vísperas. La asistencia a los cultos no sólo está sirviendo para prepararnos espiritualmente para la solemnidad de la Virgen sino también para vivir con más intensidad los días previos a la fiesta grande de Trebujena.
Hace dos décadas la procesión de la Virgen llegaba de sopetón, anunciada tan sólo por los repiques de campanas que el Bombita tocaba a las doce de la mañana y dos de la tarde (hora de vísperas), aunque la instalación de las atracciones y casetas de la feria en el centro nos daba un aldabonazo en nuestro interior. Cuando en 1994 se instauró la Ofrenda Floral, se añadió la jornada del día 13, y la apertura de la Ermita durante toda la jornada del 14.
Este año estamos teniendo nueve días gozosos previos a los días grandes, antes de que todo ocurra de manera vertiginosa, casi sin darnos cuenta. Disfrutemos de estos días, ya está más cerca el día tan esperado.