Una vez bajado de las andas que se utilizaron para su recorrido procesional por las calles de la localidad, la imagen de San Sebastián se encuentra en el presbiterio del Santuario para recibir la veneración de sus fieles, en forma de ceremonia de besapiés, antes de ser colocado en su hornacina.
El besapiés tendrá lugar tras la celebración de la eucaristía sabatina que se celebra semanalmente en honor de la Virgen de Palomares.
Las limosnas que se recojan en el cepillo se destinarán al fondo que se ha creado para sufragar los cultos y procesión del año que viene.