Este cuarto viernes de Cuaresma, día en que tradicionalmente ha comenzado su triduo, no podemos pasar por alto la imagen del Stmo. Cristo Yacente, también conocida como el Santo Entierro. Se trata de una imagen de Cristo crucificado, de tamaño algo menor que el natural, que podría datarse a finales del XVII o principios del S. XVIII, época en la que ya aparece en los primeros inventarios de los bienes de la Ermita advocado como "Crucificado de las Aguas". Se desconoce si ya en esta época era una imagen articulada como ha llegado a nuestros días, aunque es bastante probable teniendo en cuenta el primer nombre que tuvo su cofradía "Santo Sepulcro, Quinta Angustia y Soledad de María Stma." (para aquellos que no dominen el tema, decir que la Quinta Angustia o Quinto Dolor fue aquel que tuvo la Virgen la ver descender el cadáver de su Hijo de la cruz; la Sexta Angustia, el momento que lo tuvo en su regazo; y el séptimo y último, la soledad que sintió cuando fue sepultado). La popularidad de la titular mariana de la cofradía, la Virgen de la Soledad, eclipsa a este Cristo Yacente, que debería ser restaurado para recuperar la policromía original y eliminar los repintes que quitan valor a la misma, así como la reposición de algunas partes que le faltan.
Desde este blog animamos a su hermandad a acometer dicha restauración, así como la vuelta a la Ermita de su urna procesional, verdadera joya dorada y policromada de notable antigüedad, que ya fue restaurada en la época de la Agrupación de Hermandades, y que de seguir así podría perderse para siempre.
El hecho de procesionar en su urna, y en su solemne procesión del Santo Entierro, no como en el pasado 2009 en la salida procesional de la cofradía, son imprescindibles para que el Viernes Santo recupere el empaque que cogió a finales de los 90, siendo párroco D. Luis Delgado, procesión que no dejaba impasible a nadie que la contemplaba y fue el orgullo de los cofrades trebujeneros.