Momentos antes de la misa preparatoria para la procesión del Corpus Christi se abrían las puertas del Perdón para dejar la imagen de la Santísima Virgen de Palomares sobre las andas procesionales y el regio altar que presidiría para la procesión eucarística.
La Virgen se nos presentaba majestuosa en el dintel de la Puerta del Perdón, al final de los escalones de la puerta se erigía la mesa de altar escoltada por cuatro blandones en la que se posaría la custodia con la Sagrada Forma y desde la que se impartiría la bendición final tras la procesión del Corpus. Delante del altar se extendía una alfombra de romero y flores silvestres.
La Virgen se nos presentaba majestuosa en el dintel de la Puerta del Perdón, al final de los escalones de la puerta se erigía la mesa de altar escoltada por cuatro blandones en la que se posaría la custodia con la Sagrada Forma y desde la que se impartiría la bendición final tras la procesión del Corpus. Delante del altar se extendía una alfombra de romero y flores silvestres.