
Esta composición apareció en el reverso de la hoja del 14 de Agosto del calendario "El Mensajero del Corazón de Jesús" y en el programa de las Fiestas Patronales de 1961, que curiosamente también se celebraron del 13 al 16 de Agosto.
Sirvan estos versos de reconocimiento a estas valientes monjas que dejaron sus tierras bilbaínas para fundar el monasterio en Trebujena, y que por circunstancias de la vida tvieron que regresar con dolor a convento de origen:
el sol que todo lo llena,
hay un lugar que yo añoro,
y es mi lindo Trebujena.
Si al pensar en Trebujena,
siento el alma con pesares,
es que allí me está esperando
la Virgen de Palomares.

Palomares y su ermita
son un jardín de mil flores;
yo en sus aromas envuelvo,
mi canción cual flor de amor.
Pongo besos en mis dedos,
y los echo por los aires
para que los lleve le viento
de Bilbao a Palomares.
De Palomares bajando,
la Virgen va repartiendo
besos, amor y bondades
a los que allí fueron nuestros.
Palomares y su Ermita
todo un jardín de recuerdos.
Mil veces seas bendita,
en la tierra y en el cielo.