Este año podemos apreciarla con un magnífico conjunto formado por el manto dorado, una saya antigua con la tonalidad de oro viejo y los magníficos manguitos de pedrería, prendas que no se les suele poner mucho y que constituyen un buen exponente del meritorio ajuar de la Virgen. El Niño Jesús también luce un vestidito acorde, y que en rarísima ocasión se le suele poner.
Lo mas moderno, el rostrillo bordado, que se le ha colocado transitoriamente mientras se repara el de filigrana que luce habitualmente.