TRIDUO EN HONOR DE NUESTRO SANTO PATRON
SAN SEBASTIAN
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS:
S.- Señor Dios nuestro: postrados ante tus plantas amorosas, te agradecemos los favores que continuamente nos concedes, entre ellos, la gracia singular de habernos puesto bajo el patronazgo de un gran Santo: San Sebastián Mártir.
Humildemente, Señor y Padre nuestro, te pedimos el don de imitar sus virtudes, para lo cual y a lo largo de este triduo nos proponemos meditarlas. Que él sea nuestro Maestro siempre, es nuestro deseo, para que con él podamos darte gloria eternamente.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amen.
DÍA 3º - SAN SEBASTIÁN, MODELO DE AMOR A DIOS.
El que no ama, aunque crea, no puede ser ni discípulo, ni amigo suyo, porque lo grande de la fe sólo puede descubrirse a través del amor.
El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tres personas distintas, esencialmente se identifican en un solo Dios verdadero. La persona adorable de Jesucristo en comunión con el Padre y el Espíritu Santo, solo se revela perfectamente, con toda su intimidad y su amor al corazón que ama. El Amor sumo que todo lo entrega, fue el que llevó al Hijo de Dios a hacerse nuestro hermano, amigo y maestro. También el amor, pero el amor verdadero, el que de veras se preocupa más por el honor de Cristo que por su propia ventaja, nos hará amigos y discípulos suyos. Quien no tiene amor, cree y espera inútilmente.
San Sebastián es para nosotros modelo de fe y de esperanza porque puede serlo también de amor a Dios, y esto, rubricado con su sangre, que es la prueba definitiva de dicho amor: “Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos”
Imitemos a San Sebastián amando a Dios como lo hizo él, “no de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad” Con el testimonio de su propia vida.
(Pídase la gracia que se desee alcanzar)
ORACIÓN
Tiende, Dios de bondad, tu mano poderosa a tus fieles, para que a ejemplo de San Sebastián te busquen con todo su corazón y vean atendidas sus peticiones por Jesucristo nuestro señor. Amén.