Cerramos esta primera serie de entradas dedicadas a los espléndidos altares de culto que se montaban en la parroquia con esta foto que data de la década de los setenta. Destaca especialmente la gran cantidad de macetas de helechos que colgaban hasta de las pilastras del crucero. Como novedad la utilización de uno de los respiraderos bordados de la Virgen de los Dolores y el faldón blanco que adornaban la mesa de altar. Ya empiezan a utilizarse flores naturales. Es digno de mención la gran cantidad de velas, utilizándose todos los candelabros disponibles con gradillas, los blandones, y los lampadarios de la Ermita.
Un espléndido altar en honor de la Virgen montado con todo el cariño por Joaquín Sánchez y Pepe Matamoros, difícil de repetir.