+(Copiar).jpg)
Abría la cruz parroquial y los antiguos ciriales de plata de la parroquia, portados por tres jóvenes de la localidad, a los que seguían otra terna que portaba el simpecado escoltado por dos faroles. A continuación figuraban la Reina de las Fiestas y sus damas de honor vestidas de mantilla.
Seguían las representaciones de las hermandades, formadas por el estandarte y cuatro varas, por orden de salida (Borriquita, Nazareno, Misericordia y Soledad).
Tras éstas, las autoridades civiles, presidiendo el nuevo Alcalde, con bastón de mando, y la ausencia por segundo o tercer año consecutivo del representante de la Guardia Civil (sin comunicar razón alguna, aunque recordamos que cuando no les ha llegado la invitación, han presentado las quejas pertinentes).
Luego la Junta de Gobierno de la Hermandad de Palomares, con su estandarte y varas, y el cuerpo de acólitos (formado por cuatro ciriales y pertiguero, dos incensarios y una naveta) que precedía paso.
Tras la Virgen, un gran gentío que hacía que la banda de música no pudiera situarse cerca del paso.En la salida tronó la clásica traca valenciana, se echaron de menos los cohetes que lanzaba el ayuntamiento (aunque en la diana de la mañana siguiente fueran más numerosos que en ediciones anteriores). La primera marcha fue el Himno de la Virgen, cantado por el coro parroquial. Tras éste se entregó un cuadro conmemorativo a la Banda de Música por su 150 aniversario, a la que se dedicó una levantá del paso, al llamador el director de la banda.
Petaladas en Pza. de Palomares, Palomares y Paseo de Andalucía. Exorno de flores de papel celeste y blancas en la calle Palomares realizadas por el grupo de jóvenes cofrades.
En definitiva, procesión con novedades pero repitiéndose lo mismo que cada año: Trebujena se echó a la calle para caminar tras su Virgen.