Llegamos al tan recordado año 2000. En esta ocasión nos centramos en el magnífico altar montado para la novena de ese año, previa a la Coronación; que se celebró fuera de su fecha tradicional, concretamente del 2 al 11 de Agosto del citado año jubilar.
En el montaje del altar, difícil de repetir, se emplearon los mejores enseres parroquiales y de cada una de las hermandades de la localidad.
La tribuna del órgano aparecía adornada con los faldones y los respiraderos bordados de la Virgen de los Dolores y los reposteros de José Bustillos.
La Virgen, vestida con el manto celeste y tocada con corona de flores, aparecía delante del baldaquino en una grada formada por los respiraderos de la Virgen del Desconsuelo, que se habían estrenado ese mismo año. A modo de dosel figuraba la bambalina trasera y el techo de palio de la hermandad del Nazareno. La candelería pertenecía a la hermandad de la Soledad, y el exorno floral estaba formado por grandes centros de margaritas blancas.
Todo un derroche de buen gusto; lo merecía la ocasión: la Coronación Canónica de la Virgen de Palomares.