La novena de 2009 pasará a la historia como la única celebrada hasta ahora en la entonces Ermita de Palomares debido al cierre de la Parroquia a causa del incendio acaecido el mes de Febrero de ese mismo año.
La Virgen permaneció en el baldaquino procesional por lo que el espacio del presbiterio alto quedó mermado, coincidiendo además con la ubicación en el mismo de las imágenes titulares de la Cofradía del Nazareno que recibieron culto allí de manera provisional. En el lado contrario se colocó el estandarte corporativo y el juego de varas de presidencia al tratarse de los cultos de regla.
El arco del camarín se cerró con un fondo rojo para resaltar más el dorado del paso. El púlpito se cubrió con uno de los antiguos faldones del paso y el exorno floral estaba formado por espléndidos centros de margaritas blancas y las tradicionales macetas de aspidistras.
Como curiosidad apuntar que debido a las dimensiones del templo no se pudo celebrar la procesión claustral que pone fin cada año a los cultos agosteños.