
Como nota curiosa resaltar que se entregó al orfebre 264 grs. de plata en chatarra para que lo descontara del importe, así como el valor de un remate de una pértiga de plata (que desconocemos de donde procedía) tasada en 1500 pesetas.
La cantidad a pagar ascendió 108 pesetas, cantidad que podía permitirse la cuenta una hermandad que estaba ahorrando para la restauración del templete procesional (llevada a cabo un año después) y que supuso un gran esfuerzo económico para la misma dejando su cuenta con un saldo negativo.